Mente y Corazón II

(la discusión antes del siguiente paso)


-¿Qué pasa hoy contigo que ya no presumes como antes el amor que por aquella flor sentías?... ¿Qué pasa en tus ojos de ahora que se humedecen con su recuerdo?...

-Pareciera que no estuvieras aquí para preguntar eso... me es cruel tu sarcasmo.

-Pues perdone si lo lastiman mis verdades joven marchito, pero recuerda que también soy conciencia y le piso los talones a tu latir ya sin fuerzas.

-Ella se ha ido... miento, me ha alejado ya que en su mundo, dice, no logro dar pie...

-Y la razón es suya, en cierto modo, porque su tierra no lograría soportarnos el peso... sabes que somos mucho más que su capricho... debes saberlo.

-Pero sin ella no somos más que aire sin forma y sin merced...

-¡Somos viento que ruge y se estremece!... ya no llores su abandono... festéjale a tus cadenas rotas...

-...

-Ya no somos su tierno juguete ni su causa de gracia... somos, de nuevo, lo que antes fuimos, una llama ardiendo e incinerando con el simple toque a todo y a todos... lo somos y lo sabes... lo sientes... ¿Dime si no es cierto?...

-No logro entender lo que somos ahora... no logro entender lo que quise ser antes...

-Y es porque sientes que “puedes ser” solo con ella...

-Solamente con ella, es cierto...

-Pero antes de ella fuimos más gloriosos, más que cualquier divinidad del Olimpo...

-Pero con ella fuimos más agraciados...

-Tanto como al que le despojan sus abrigos en las blancas nieves polares... ¡Despierta estúpido!... ella no fue gracia o luz divina... ¿Pero tú qué sabes?, eres ciego.

-Y tú que las has visto dime... ¿Cuál es su defecto?...

-Su belleza...

-¿Para quién la hermosura es razón de castigo?

-Para el que sufre la vanidad de un ser hermoso...

-...

-Entiende que debemos continuar...

-¿Cómo continuar?...

-Como antes... a nuestra mejor manera...

-¿En soledad?...

-Como siempre debió ser.


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