(la discusión antes del siguiente paso)
-¿Qué pasa hoy contigo que ya no presumes como antes el amor que por aquella flor sentías?... ¿Qué pasa en tus ojos de ahora que se humedecen con su recuerdo?...
-Pareciera que no estuvieras aquí para preguntar eso... me es cruel tu sarcasmo.
-Pues perdone si lo lastiman mis verdades joven marchito, pero recuerda que también soy conciencia y le piso los talones a tu latir ya sin fuerzas.
-Ella se ha ido... miento, me ha alejado ya que en su mundo, dice, no logro dar pie...
-Y la razón es suya, en cierto modo, porque su tierra no lograría soportarnos el peso... sabes que somos mucho más que su capricho... debes saberlo.
-Pero sin ella no somos más que aire sin forma y sin merced...
-¡Somos viento que ruge y se estremece!... ya no llores su abandono... festéjale a tus cadenas rotas...
-...
-Ya no somos su tierno juguete ni su causa de gracia... somos, de nuevo, lo que antes fuimos, una llama ardiendo e incinerando con el simple toque a todo y a todos... lo somos y lo sabes... lo sientes... ¿Dime si no es cierto?...
-No logro entender lo que somos ahora... no logro entender lo que quise ser antes...
-Y es porque sientes que “puedes ser” solo con ella...
-Solamente con ella, es cierto...
-Pero antes de ella fuimos más gloriosos, más que cualquier divinidad del Olimpo...
-Pero con ella fuimos más agraciados...
-Tanto como al que le despojan sus abrigos en las blancas nieves polares... ¡Despierta estúpido!... ella no fue gracia o luz divina... ¿Pero tú qué sabes?, eres ciego.
-Y tú que las has visto dime... ¿Cuál es su defecto?...
-Su belleza...
-¿Para quién la hermosura es razón de castigo?
-Para el que sufre la vanidad de un ser hermoso...
-...
-Entiende que debemos continuar...
-¿Cómo continuar?...
-Como antes... a nuestra mejor manera...
-¿En soledad?...
-Como siempre debió ser.
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